Lo primero que quiero dejar claro es que no, no
soy imparcial escribiendo este post, y no lo soy porque voy a hablar ante todo
de un AMIGO, y cuando utilizo la palabra amigo lo hago con la boca grande y en
letras mayúsculas, ya que de la persona que voy a escribir no se merece
menos.
Lo segundo que quiero hacer es para todas las
personas que no conozcan a Ricard o no hayan tenido la suerte de conocerlo der
forma tan cercana como lo he podido hacer yo es describir como es Ricard, o por
lo menos describir lo que Ricard me transmite a mí, y así ayudar a esa gente
que se guía simplemente por su imagen a la hora de hacer juicios de valor. Como
siempre digo en este Blog escribo desde un punto de vista muy personal y este
post no solo no va a ser una excepción, sino que va a ser un posicionamiento
claro hacia no solo un excepcional entrenador de baloncesto sino también a una grandísima
persona.
La imagen que Ricard puede destilar cuando
se le ve desde fuera es una imagen típica del sargento de hierro, exigente,
posiblemente intransigente, y que funciona con el ordeno y mando y con el que
porque lo digo yo como formula personal. De todo esto creo que lo único
realmente cierto es que es excesivamente exigente, pero tengo que decir que si
lo es, es porque con quien lo es primeramente y de forma clara es con él mismo.
Desde la proximidad podría dar otros muchos adjetivos calificativos que
distarían mucho de los mencionados con anterioridad, por ejemplo la
generosidad, Ricard ante todo es generosidad, es un entrenador que comparte
todo, conocimientos, esfuerzo, energía. No guarda nada para él, lo da todo, hay
muchos entrenadores que guardan su “formula de la coca-cola” para ellos, no sea
alguien lo copie y le pueda disputar su estatus algún día, Ricard no es así,
mas bien todo lo contrario. Puedo recordar este verano un curso realizado en
Manresa al que tuve el placer de asistir, un curso que durante 5 días Ricard
estuvo dando el 120% junto a otros profesionales de distintos ámbitos, esto no
sería nada reseñable si no fuera porque justo esos días Ricard estaba viviendo
unos días muy complicados por un problema familiar grave que hubiera
justificado sobradamente el anular su participación en el mismo y que solo unos
pocos dentro del curso conocíamos. Nadie en el curso podía sospechar nada ya
que Ricard aparecía cada mañana con la mejor de sus caras y una actitud increíble
dispuesto a darlo todo, y así lo hacía, haciendo gala de otra de sus grandes
virtudes, el compromiso, compromiso con sus ideales, compromiso con la gente
que lo necesita y especialmente, compromiso su gente, al menos así lo siento
yo. También de ese curso y de la generosidad de Ricard cabe destacar el hecho
de que entregase en negro sobre blanco, guionizado y pautado toda su filosofía
y forma de trabajo, con las experiencia ensayo error de 25 años en la élite,
queriendo evitar en medida de lo posible más de un revolcón que conlleva el
baloncesto profesional a los participantes en ese curso. Estos dos ejemplo son
simplemente dos pinceladas de cómo afronta Ricard su compromiso con el
baloncesto y con la forma de vivirlo.
Otra de las cosas que la gente desconoce, es el
nivel de profundidad y reflexión que tiene él tanto a nivel personal como a
nivel profesional. No es una persona que haga las cosas a la ligera, piensa,
medita, tiene un nivel muy alto de autocritica y poca afán de protagonismo, es
exigente con el mismo y sobre todo es una persona que escucha, sabe escuchar, siempre
busca su mejora personal atraves de escuchar a los demás, es humilde a la
hora de encajar criticas, porque es inteligente y sabe que los demás te pueden
hacer mejor, ejemplo es el nivel de escucha y participación con sus staffs
técnicos.
Estas navidades he tenido la suerte de poder
acercarme a Valladolid a verlo entrenar y celebrar junto a él su partido número
250 en ACB, más allá de poder celebrar esta efeméride con la victoria del
Valladolid sobre el Obradoiro, pude celebrar ver a un Ricard sereno, consciente
del difícil reto que tiene esta temporada, pero lleno de ilusión, sin una sola
excusa, afrontando la realidad de cara y siempre con una actitud positiva,
ejemplo para todos aquellos que creemos en el trabajo diario como único modo de
mejorar y poderte mirar todos los días al espejo, siendo honesto consigo mismo,
no vendiendo humo, celebré también ver un Ricard mejorado, dando lo mejor de sí
en cada momento, paciente, trabajando no solo para obtener rendimiento del
equipo que tiene a sus ordenes sino para mejorarlo y ayudar a explotar las
virtudes que tiene su plantilla, no focalizando en los defectos, en resumen,
siendo un ENTRENADOR, un entrenador con Mayúsculas, no gastando energía en todo
aquello que no tiene y sabiendo donde quiere llegar, no siendo ingenuo
ignorando la dificultad del reto, aislándose de todo aquello que no suma en
positivo para el grupo. Por todo esto que yo vi y que sabía que me iba a
encontrar, por todo esto es por lo que creo en un gran ENTRENADOR, por todo eso
creo en Ricard, por su generosidad, por su honestidad, por su valentía, por ser
ejemplo, por ser como es, yo creo en él y creo que se merece todo lo mejor.
ANIMO RICARD, molta gent esta amb tu.
Excepcional articulo, y como amigo de Ricard subscribo todo lo que has dicho. Ricard siempre he dicho, que se merece estar en un grande, dondce pueda demostrar todo lo buen entrenador que es con los recursos adecuados a la categoria, cosa que ahora no tiene en Valladolid. Pero hay una cosa que me gusta mucho de tu post, cuando dices que se aisla de todo lo negativo, para solo asi positivar cada dia nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Joan González
Creo que todo lo que decís, lo escuché, lo leí y es real en cuanto a lo que se dice de él, sobre todo cuando te referís a la de Sargento de Hierro, intransigente, etc. Por otro lado, y sin conocerlo, salvo por haber compartido una charla que dio en el INEFC de Barcelona, tengo otra opinión y comparto las cosas que comentas y mi recuerdo para con él es constante ya que uno de sus comentarios me marcó y me generó una revolución interna. Dicho comentario lo llevo grabado, en el cual nos decía, que "nunca les pongamos límites a nuestros jugadores", "escuchen a sus jugadores", "aprendan de ellos porque nos harán más grandes", "no pongan como techo del equipo al conocimiento de ustedes". Me pareció extraordinario y ese es mi recuerdo de él. Quizás es una tontería pero a mi me marcó y mucho.
ResponderEliminarGracias por compartir algo más de su vida con los que no tenemos otras vías de comunicación.
Abrazo grande,
Darío Fernández (Bs As, Argentina)
No puedo sino darte la razón en todo lo escrito sobre el amigo Ricard. Gran Entrenador y (mucho) mejor persona !!!!
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